martes, 23 de marzo de 2010

Istanbul, cuando fuimos gafapastas


En esta ocasión vuestro intrépido vaqueiro favorito se ha aventurado a cruzar el Mediterráneo seducido por los cantos de sirena (im)procedentes del Bósforo. La visita de mis progenitores era un motivo ya más que suficiente para celebrar el día del padre en Turquía. Añadimos la presencia de mi grandes amigos Baudilio Kebab (representante de IDEPA en Istanbul) y Juaquistóteles (IDEPA que cambió el Piles por las Termopilas). Entonces esto ya es la teta con careta!! Y si a todos estos irrechazables argumentos les sumas las palabras edulcoradas con la fina prosa de Don Gonzalo Redondo - profesor de Marketing Internacional y Gurú del Below the Line- describiendo la esencia de la antigua Constantinopla, (“Estambul es una de esas ciudades que viaja más por ti que tú por ella”, “entretenida en la más amplia acepción de la palabra, no da opción a la pausa”, “Atmósfera que a uno sólo le permite opciones irreversibles”) no quedaba otra opción que lanzarse a la aventura en el Turkish Airlines de las 3:50 am. Por cierto es la primera vez que hubiese repetido la comida del avión así como que no quiere la cosa hasta quedarme como un “gochín”. Feliciten al cocinero de mi parte.

Habibis por arkadas (amigo traducido al árabe y al turco respectivamente), taxis negros por amarillos (amantes del zig-zag, tres en raya y adelantamientos por la derecha) y la omnipresencia de Ataturk en cualquier monumento, peluquería, edificio o tienda de barrio cual cartel de la Feria de Muestras de Tineo a finales de Abril por el occidente asturiano. También por qué no decirlo la posibilidad de hacer un poco de vida europea a lo loco, a lo “pollín” pues esta sensación es la que se palpa en sus bulliciosas calles, incluso en su parte asiática. Poder pedirte una cerveza en casi todos los chigres, ver a una rusa bailando en la barra de un bar reggeaton mientras en camarero la pone on fire con Jack Daniels y una cerilla no tenía precio para mis adormilados sentidos en cuanto a canallismo y picantismo se refiere que se desperezaron en menos de lo que tarda Tini A. en comer un pincho de tortilla.

Los cuatro días de pasión turca se resumen en visitas culturales con la familia, pitanzas a base de Kebabs y demás delicatessen locales, Efes Pilsen, algún whisconsin que otro del duty free, dar voces, decir “préstame po’la vida”…En definitiva lo que suele hacer un asturiano cuando se junta con más de su misma especie.

¿Qué hacer durante una visita a Istanbul?

Mezquitas, la azul of course, Santa Sofía, Las Cisternas, Gran Bazar para regatear cual Messi con flemón y conseguir falsificaciones de aceptable calidad, pillarse zumos naturales de fruta por la calle recién exprimidos para combatir la resaca, cruzar a la parte asiática en ferry , comer ahí pescadito frito y comprar unas gafas 32” a un pobre hombre sin dientes que por vender, vendía hasta las reliquias familiares más intimas…preguntar a los “taksis” por Güiza y observar la cara de asco que ponen, el Palacio Topkapi , subir a la Torre Galata para tener una panorámica general de la urbe y dar voces hasta conseguir que se escandalicen las gaviotas que esperan que se les caiga algo a los pacientes pescadores de los numerosos puentes que comunican en la ciudad las partes separadas por el Bósforo. Y sobre todo disfrutar de la ciudad, su gente, su locura, su carácter mediterráneo. Si todo lo anteriormente expuesto lo puedes hacer con tu familia y tus compañeros de zulo en el sufrido curso preliminar a la Beca de IDEPA te puedes considerar un puto privilegiado, como me siento yo ahora mismo. Ou yeah.

¿Qué no hacer?

Mentar la madre que parió al fundador de la patria turca, pues está prohibido por la Ley 5816 públicamente “insultar la memoria de Ataturk” a no ser que te gustan las emociones fuertes...

Ahora amigos de los blogs toca un poco de Egipto hasta la próxima salida, el planeta de los sirios (Damasco, Aleppo y Palmira, inshallá) en Semana Santa. Me quedan muchos rincones pendientes de El Cairo por ver y contaros, visita innegociable en mente es la de las cristalinas aguas de Sharm el Seikh en la península del Sinaí donde los peces de colores huyen cual Miki Rourke (aaaaactor) de su pasado, de los chapuzones de las rusas necesitadas de calor que campan a sus anchas por tal histórica península. Valle de los Reyes, Siwa y un largo etcétera he dicho Sharm el Sheikh no??.

Cuídense y sean buenos

lunes, 8 de marzo de 2010

White Sahara (de mayor quiero ser beduino)



En honor al gran Quentin, no voy a empezar a escribir mis experiencias siguiendo un orden cronológico, si no que haré uso del flashback (memorable escena por cierto, en Amanece que no es poco). No se asusten, ni piensen que me he convertido en un gafapasta que va de cinéfilo por la vida. Tan sólo quiero decir que voy a emprender con lo que he hecho este fin de semana, lo tengo aún muy fresco y merece la pena escupirlo ya, para luego volver a mis comienzos cuando era un blanco perfecto para los taxicómanos y demás supervivientes.

Siempre he sido una persona de vísperas, de liarla el día anterior de un evento o simplemente un plan que requiere ir fresco cual lechuga. Mis amigos de Trevías saben bien a lo que me refiero, aunque nunca llegaré al nivel del Tivi volando por Las Carcuas en día antes de la boda de su hermana (Grande Tivich)…

A la tul (pa’lante en árabe). Este fin de semana teníamos planeado ir al Desierto con los beduinos así como que no quiere la cosa. Quedamos a las 7:30 en Midan Fini, ya que casi todos los integrantes de la excursión vivimos en Dokki (12 españoles, un colombiano pegado a una guitarra y un egipcio que habla español con acento paraguayo). Pues a las 7:33 aparezco con una cara de resaca cual vampiro de John Carpenter y una bocasecaman no apta para tierras áridas y calurosas. La noche anterior se celebraba una fiesta en casa de una amiga (todavía no sé cual era el motivo, pero yo lo celebré por todo lo alto), así que como buen asturiano esperé hasta el final a ver si alguien arrancaba a cantar la Asturias de Víctor Manuel, canción imprescindible de cualquier orquesta para finalizar la verbena. Al cerciorarme que nadie se lanzaba y que a mi me faltan estribillos y sobre todo voz despegué cual Usain Bolt dirección cama para dormir lo máximo posible y darlo todo en el desierto, ingenuo de mí, sólo tenía 3 horas para resetear.

La furgoneta en la que nos dirigíamos a Bahariya, el oasis donde habitan los beduinos que nos organizaron el viaje, no era lo más cómodo del mundo para dormir la resaca,a pesar de la amabilidad de Cris dejándome tirarme a la Bartola (¿qué habrá hecho la Bartola para merecerse esto...?)en el asiento de atrás. Tocaba aguantar estoicamente hasta nuestra primera parada.
Si divisar un oasis en el medio de la nada siempre es reconfortante, en las circunstancias en las que me hallaba lo era más aún si cabe. Cambio de petates de la furgonaria (mitad furgoneta, mitad funeraria) a los potentes 4x4 con los que atravesaríamos dunas, piedras y todo lo que se nos pusiese por delante. (¿Por qué los jugadores del Real Mandril llegan a Valdevevas en 4x4?,

¿hay socavones tito Floren?).
Tras realizar las operaciones logísticas pertinentes nos abalanzamos sobre la comida que nos habían preparado. Té, café, cigarro, muñeco de barro…y a por el Desierto Blanco intercalando tramos de carretera, arena, piedras, ojo camello, a ras, etc.
Una vez en el medio de la nada, reconocido el terreno, saciadas nuestras ansias de hacer el mongolo y demás, disfrutamos de la puesta de sol. El astro rey se escondía tras las montañas y la noche caía lentamente sobre nosotros. Mientras tanto el cabecilla de los beduinos, Essan, y sus secuaces nos preparaban el campamento base.

Alguna mente pensante no contaminada por el vino egipcio tuvo la brillante idea de coger los colchones y alejarse de las luces (del chiringuito, no penséis que era eso la feria de abril…) para ver un reportaje de Redes con Eduard Punset en vivo, estaban todas y cada una de las estrellas en el firmamento, no faltaba ni una. No contentas con ello nos dejaron boquiabiertos con la aparición estelar, valga la redundancia, de estrellas fugaces (no confundir con Lobo Carrasco en el Oviedo) y sobre todo el silencio. Ese silencio que te indica que está a muchos km de cualquier asentamiento humano que se encarga de destrozar la magia de la naturaleza en estado puro. Una voz irrumpe de la nada y todo parece indicar que la cena está lista, cocinada por los beduinos que son lo más parecido a una navaja suiza.

¿Qué hace un beduino con su vida?
Pues por lo que he podido comprobar in situ, su día a día transcurre canuteando, recogiendo guiris para enseñarles el desierto (entre otras cosas…), montándoles el chiringuito (y lo que les dejen), cocinando, bailando y cantando junto a una hoguera, canuteando de nuevo, etc.
No habrán pasado por ninguna facultad de turismo pero se las saben todas: siempre con una sonrisa calida en su tostado rostro, sus tarjetas corporativas, su Facebook, web site y demás. Y su canuto por supuesto.

Retomando el tema gastronómico nos deleitaron el paladar con pollo a la Pantoja beduina, patatas guisadas con zanahoria, arroz blanco y fruta, sin escatimar en cantidades en ningún momento. Como tampoco se dejaron nada dentro a la hora de amenizar la velada con sus ritmos norteafricanos, canciones de amor y bailes alrededor de un palo moviendo las caderas como si de Shakira tratase. No me extraña que a los grupos de alemanas cincuentonas las vuelvan locas.
Hasta que llegó él, irrumpiendo con la fuerza de un jabalí herido en los reboucos montes de Enverniego, se trataba de Luis y su guitarra con sus ritmos latinos. Todavía no sé como interpretar la reacción del desierto, soplando un aire que nos dejaba el pelo cual anuncio de H&S antes de usarlo y nos arrojaba las cenizas de la hoguera. Para calmarlo los beduinos se unieron haciendo los coros y acompañando con la percusión, ya quisiera Manu Chao...

El resto de la noche la pasamos esperando a que la luna hiciese acto de presencia, kalimotxeando con vino egipcio, intentando arreglar el mundo y filosofeando, pues el escenario era propicio para ello, o al menos eso pensábamos que estábamos haciendo hasta que salió de nuevo el sol. Vuelta a El Cairo con sus luces, bullicio y aire contaminado y las estrellas dejaron de lucir en el firmamento.

domingo, 7 de marzo de 2010

hicimos lo que pudimos, pero al final ha nacido...

Domingo 7 de Marzo de 2010, el glorioso Club Deportivo Treviense juega en el mítico Campón de Puerto Veiga y el Sporting en Mallorca, esta sería por orden cronológico la oferta de ocio en la que lamentar mi resaca, pero no. No se trata de un domingo cualquiera, ni de un blog de un poligonero sobre sus aficiones dominicales.
Es un domingo en un país musulmán, lo cual significa poner el despertador y cara de lunes, ya que la semana laboral transcurre de domingo a jueves para rendir culto al ocio viernes y sábado.
A tu cara de lunes nada más salir de la puerta le saludan a base de hostias tubos de escape que provienen de ejércitos taxis negros dirigidos por auténticos artistas del timo (welcome to Egytp, ¿taxi?), ruido y mierda.

Si es triste un domingo, un domingo vestido de lunes es más jodido aún si cabe. Pero no pasa nada, esto es El Cairo, soy becario de IDEPA (yonki de la exportación), “trabajo” en la Oficina Comercial de la Embajada de España y tengo todo un año para disfrutar, conocer el país y sobre todo que me conozca. Aunque no se pueda palpar en mis primeras palabras del blog con el cual me estoy literalmente cagando en sus muertos porque quiero configurarlo a mi manera, estoy muy contento y feliz de esta experiencia en la que me encuentro inmerso. Pues lo dicho o bien no me da la cabeza para ello, o no se puede o necesito la ayuda de algún erudito de la materia.

Ya llevo un mes en Al Qahira (joder, esto vuela…) y debido a las peticiones de que empezase el blog ya, que si lo habías prometido, es que tardas en contestar los privados del tuenti (mil gracias por preocuparos por mí, en serio)...aquí lo tenéis, podéis entrar y salir las veces que queráis, felicitarme o decir que es una auténtica mierda pinchada en un palo, eso sí, con clase. A través de esta maravilla de la ciencia tengo la posibilidad de contestar vuestros ruegos, preguntas y ansias de conocer mi día a día, acercaros al país, su gente y su cultura bajo mi distorsionada mirada, que espero que os ayude a pasar el rato y de vez en cuando a creeros lo que os escribo.

Son las 17:39 hora local, he parido un blog, se llama entre frixuelos y papiros.